Cada persona llega a terapia con una historia única. A veces, el malestar se manifiesta como ansiedad, tristeza, bloqueos o sensación de vacío. Otras veces, son las relaciones, la adolescencia, los cambios vitales o simplemente una necesidad profunda de entenderse mejor.
En este espacio puedes trabajar:
Ansiedad, estrés y agotamiento emocional
Tristeza, vacío o sensación de estancamiento
Baja autoestima, inseguridad o miedo al juicio
Conflictos familiares o de pareja
Duelos, rupturas, cambios o crisis vitales
Dificultades en la adolescencia: conducta, identidad, límites
La terapia te brinda un lugar seguro para mirar lo que duele, descubrir lo que necesitas y comenzar a vivir con mayor autenticidad.