Gracias de corazón a cada uno de vosotros por confiar en mí y por compartir vuestras fotos y testimonios. Este proyecto no sería posible sin vuestra generosidad y valentía al mostrar lo que la terapia ha significado en vuestras vidas.
Las imágenes que acompañan los testimonios son las que me habéis enviado, sin filtros ni producciones: reales, sinceras y llenas de verdad. Puede que no tengan la calidad de una sesión profesional, pero tienen algo mucho más valioso: vuestra historia, vuestra esencia y el vínculo auténtico que nos une.
Gracias por formar parte de esto conmigo
Me ha enseñado a entenderme, sanar y vivir con más calma.
Gracias a la terapia aprendí a escucharme sin miedo.
La terapia me dio el espacio que necesitaba para ser yo misma.
La terapia me ayudó a transformar el dolor en fuerza.
He aprendido a manejar situaciones difíciles sin venirme abajo.
Aprendimos escucharnos de verdad y a reencontrarnos de forma más sana y consciente.
Recuperé el equilibrio que había perdido; ya no soy solo mi trabajo, ahora también soy yo
La terapia fue ese respiro que necesitaba para no olvidarme de mí entre el trabajo, la casa y los niños.
La terapia me ayudó a soltar lo que dolía y a reconstruirme sin rencor, en mi ruptura.
He aprendido que no tengo que encajar en lo que otros esperan, ahora elijo desde lo que yo siento.
Comprendí que no debo exigirme tanto y que no tengo que ser perfecta para ser válida.
Me dio herramientas para estar presente de verdad, y entender que ser padre no es hacerlo todo, sino estar cuando más me necesitan.